Porque es peligroso matar a los animales [Guideline]
Por fin las clases han acabado.
Tienes muchas ganas de entrenar al baloncesto, pero primero tienes que comer porque tienes mucha hambre.
Vas a la vieja máquina expendedora, a las afueras de tu colegio. Aunque se te hace agua la boca, sientes un mal presentimiento.
En la clase de geografía viste un impactante documental:
Al parecer, se utilizan enormes cantidades de aceite de palma para la producción de dulces, lo que conlleva la destrucción de la selva tropical… No querrás apoyar más la industria del aceite de Palma.
Tu familia no puede darte mucho dinero, por lo que tienes que pensar bien en qué lo vas a gastar.
Es última hora de la tarde, la hora más concurrida en McDonald’s.
No padeces solo por el cansancio y el olor a papas fritas, si no también por aburrimiento.
En primer lugar ¿Por qué trabajas aquí?
Estudiaste administración de empresas por cinco años y has pagado mucho dinero a la universidad, solo para terminar trabajando en tres empleos mal pagados a la vez.
Te llevará 4 años más pagar tu deuda.
¿Cómo vas a seguir así?
Te pasa unos billetes. En realidad, no escuchas la orden.
Te das vuelta. Automáticamente tus manos toman la carne, las cuatro rodajas de pepinillos y el queso grasiento.
Hace tiempo que no piensas en lo que haces. Es como si te vieras a ti mismo desde afuera.
Sientes nauseas y te apartas por un momento.
La carne de miles de vacunos en una sola hamburguesa… Crías en masa, emisión de metano, resistencia a los antibióticos…En realidad, no quieres tener nada que ver con la industria de la carne.
Es hora de hablar con tu jefe.
Te sientas en la famosa Hamburguesería ecológica y muerdes la jugosa Hamburguesa de falafel.
Aquí había un McDonald’s en el cual solías comer “Cheeseburger”. Hoy en día no te gusta hablar sobre la frecuencia con la que ibas allí.
El documental sobre las plantaciones de aceite de palma quedó grabado en tu mente. Tu has estudiado periodismo y ahora tú mismo creas documentales de investigación.
Ahora mismo estás en algo interesante:
Al parecer, McDonald’s utiliza carne de cerdo enriquecida con hormonas en sus hamburguesas, a pesar de sus promesas de sostenibilidad.
Haces una pausa y vuelves a leer el correo en carpeta de spam.
McDonald’s se ha enterado de tu investigación y te ofrece 1 millón de Euros si destruyes las pruebas que has recogido.
Amenazan con demandarte por difamación. Una carta de advertencia, de un reconocido bufete de abogados, ya está en tu buzón. Poco a poco te das cuenta de lo que esto significa para ti.
Con un millón de Euros podrías pagar tus deudas y hacer un documental sobre la extinción de especies a gran escala en la selva tropical.
Tienes toda la vida para meterte con McDonald’s.
Al mismo tiempo, sientes la obligación de revelar la verdad, incluso si esto implica ir a prisión.
Estás de vuelta en tu pueblo natal, en tu restaurante favorito. Sacar tu documental fue la decisión correcta.
Ante la presión pública, McDonald’s no se atrevió a cumplir sus amenazas.
Unos meses después, la empresa quebró, y muchas otras cadenas de comida rápida también. Hoy en día, las grandes cadenas de comida rápida del mundo han desaparecido…
Como siempre, las hamburguesas son el plato más popular aquí. Sin embargo, ya no es necesario que ningún animal muera para ello. La carne se cría artificialmente a gran escala y todos los demás alimentos se cultivan localmente en antiguos contenedores de transporte apilados a metros de altura en las afueras de la ciudad.
En Houston se ha invertido mucho dinero en una infraestructura robusta. Ahora, los daños causados por los huracanes e inundaciones tienen que ser pagados por el sector industrial.
Desde que existe la renta básica, la gente se atreve a denunciar el mal comportamiento de grandes empresas y aplica conceptos de economías sostenibles por su propia cuenta.
Es la hora punta y tu hamburguesería está llena.
Estás emocionado. Hoy mostrarás el documental de esa chica discreta que a menudo venía a comer hamburguesas.
Ella nació en una familia humilde, se hizo su camino y realizó grandes películas que dieron la vuelta al mundo.
Su investigación, encontrada en un lugar secreto tras su muerte, reveló las sucias prácticas de McDonald’s y la industria de la carne.
Gracias a ella no hay más cadenas de comida rápida.
Ahora, estas han sido sustituidas por pequeños puestos de comida, que siguen el mismo modelo de negocio que tú y venden alimentos frescos y regionales.
La favorita entre los jóvenes es la pizza de gusanos de la harina.
Es una pena que la película termine de manera trágica:
Cuando la creadora de la película se disfraza de orangután para filmar los últimos ejemplares de esta especie ya extinta en la selva tropical de Indonesia, por desgracia, un cazador furtivo le dispara durante su trabajo.
Tu estómago retumba, y una carga de gases se abre paso en tu cuerpo.
Los compañeros de fatigas que están a tu lado no son diferentes. Su vida transcurre en menos de 3 metros cuadrados y consiste únicamente en comer y dormir.
No sabes lo que es un prado porque todo lo que conoces es luz artificial y el duro y húmedo suelo en el que muchas veces has resbalado.
Has esperado toda tu vida. Hoy es el día.
Ya ves a los humanos venir. Muchas veces has visto cómo se forzaba a los demás del edificio.
Ellos pensaban que por fin escaparían de su prisión. Emocionados por la libertad. Tu nunca los volviste a ver.
Sólo cuando te llevan al matadero te das cuenta que tu vida terminará muy pronto.
Estás muy decepcionada. Tenías muchas ganas de volver a ver el sol.
Un humano te apunta con su pistola a tu frente.
No puedes moverte.
Te sientes aturdido. Crees que lo peor ha pasado…pero cuando el cuchillo atraviesa tu garganta, te das cuenta que el disparo no te había dado realmente.
Cuando entras a un matadero, de pronto, no sientes más miedo.
Mejor morir que seguir viviendo así.
Solo la idea de que tu cuerpo termine en trocitos en el estómago de la gente, te resulta humillante.
Esperas haber acumulado suficiente buen karma en tu vida como vaca como para renacer en un humano en tu próxima vida.
Solo hay una cosa que ya sabes: serás vegetariano.
El vapor se eleva. Pequeñas gotas cubren tu pelaje.
Hace calor y está húmedo.
No te das cuenta del cantar de los pájaros, ni el susurro de las grandes y gruesas hojas, como tampoco el permanente movimiento del suelo, pero aún así, sientes seguridad.
El punto negro duele. Es una costra que tienes desde que quedaste atrapado en un incendio forestal. Desde ese día, tu espacio se ha reducido significativamente.
No puedes olvidar la imagen de las áreas resecas, sin un solo árbol.
Todo sin vida, muerto. Después, las artificiales rectas comienzan a crecer. Enormes monocultivos llenos de plantas de aceite de palma.
El sonido de una motosierra te sorprende. Lo sientes por todos lados.
Se oyen crujidos.
¡Alguien ha invadido tu territorio!
Estás de caza. Esperas que el oraguntán aparezca.
Tu trabajo de cazador se ha vuelto aún más difícil ya que, debes pelear con los agricultores, los activistas y las empresas de materias primas por los recursos de la selva.
Además, el aumento de las plantaciones de aceite de palma reduce el área de la selva cada vez más.
Impacientemente miras a tu alrededor. Está anocheciendo. Finalmente podrás dispararle a algo.
Un orangután muerto te dará el suficiente dinero para vivir cómodamente por unos meses.
De repente oyes un crujido. A unos 30 metros delante de ti, ves a un orangután columpiándose en la siguiente copa del árbol.
Aguantas la respiración y apuntas. A través de la mira se puede observar al animal más de cerca. Su pierna tiene un aspecto extraño, como si estuviera quemada.
El animal se sienta. ¡Es ahora!
Tu mano acaricia el cañón y haces una pausa.
Los orangutanes son una especie en peligro de extinción y están completamente indefensos.
Por otro lado…el animal está herido. De todas maneras morirá pronto.
Tu corazón se acelera.
Quedas profundamente impresionado mientras Soko te guía por los restos de la selva tropical.
Un antiguo cazador furtivo, ahora trabaja para una ONG local que se dedica a proteger la selva tropical.
Soko está contento con su trabajo porque por fin siente que está haciendo algo significativo por el planeta. Esto le convierte en el perfecto entrevistado para tu libro sobre la expansión ilegal de las plantaciones de aceite de palma.
“¿Hay algo que realmente quieras compartir con los lectores?”
“Sólo deseo que las personas de los países más ricos del mundo compren menos productos de aceite de palma”, dice Soko. “Frente a la demanda mundial de aceite barato, nuestra ONG apenas tiene posibilidades.”
Asientas con la cabeza. Tú mismo sabes lo difícil que es dejar los productos de aceite de palma, aunque poco a poco los consumidores se despiertan. ¿Podrá tu libro ayudar a que cambien su comportamiento?
La bala pasa por delante del orangután y no alcanza su oreja izquierda por un pelo.
Asustado, el animal se sobresalta y desaparece entre las copas de los árboles.
En ese momento, oyes un crujido a tu lado. Una mano te agarra y, antes de que te des cuenta, estás tumbado boca abajo en el barro.
Puedes percibir el mal aliento en tu cara.
“¡La caza furtiva está prohibida por la ley indonesia!”, dice un policía con uniforme de camuflaje, “¡Queda usted detenido!”
Una vez esposado, vez la satisfacción en su cara.
Ni siquiera sabes si es así la ley. De todas formas nada puedes hacer en contra de la arbitrariedad de las autoridades. Te quedas pasmado ante tanta hipocresía.
Si las autoridades realmente se preocuparan de los orangutanes, simplemente prohibirían las plantaciones de aceite de palma.
Desde que estás con Eduardo, ya no tienes que preocuparte por el dinero.
Es el gerente de una conocida empresa de confitería, así que gana suficiente dinero para pagar unas vacaciones de 3 semanas en Sumatra.
Desde siempre has soñado por ver al último orangután vivo.
Justo cuando estáis por compartir una barra de chocolate, escucháis silbidos y gritos. Un puñado de activistas medioambientales están protestando.
Protestan contra el tráfico aéreo y el imprudente tratamiento con las especies en peligro de extinción. Escondes rápidamente tus billetes de avión en el bolsillo de tu abrigo.
“¿Estás segura que quieres viajar?” pregunta tu novio, “Igual podemos ver a los orangutanes en el Zoológico.”
Aprietas la cabeza contra la fría ventana y miras fijamente a la pareja.
La mujer te mira con una mezcla de interés y decepción y te hace unas cuantas fotos.
Con todas tus fuerzas, desearías poder romper el cristal y escapar, subirte a uno de los aviones que sobrevuelan el zoológico cada día y volver a Indonesia, tu antiguo hogar.
No debiste haber atacado a la persona de la motosierra. No le golpeaste bien y así fuiste aturdido por él y llevado a esta terrible prisión de cristal.
Aburrido, el hombre saca una tableta de chocolate, y la pareja se acerca a las jirafas.
Enfurecido, lanzas una cáscara de plátano tras ellos.
Rebota en el cristal y se desliza lentamente hasta el suelo, dejando un rastro amarillo detrás.
Mientras Eduardo está en el hotel, te diriges hacia la reserva de orangutanes.
El jeep se adentra en la selva por un camino fangoso durante dos horas. Una y otra vez se ve a gente con motosierras cortando árboles ilegalmente.
En algún lugar de la selva sale humo. El jeep se detiene y el nativo se ofrece a enseñarte la selva a un precio desorbitado.
Ignoras sus advertencias acerca de los cazadores furtivos y los madereros ilegales y te lanzas a la aventura.
Sigues adentrándote en el bosque, fascinada por la enorme variedad de plantas y el canto de los pájaros.
Solo el sonido de las motosierras te irrita.
Se oye un fuerte crujido al lado tuyo.
Inmediatamente, un enorme árbol cae al lado tuyo. El miedo se esparce por tu cuerpo y te paralizas. De repente te das cuenta que estás frente a frente con un Orangután.
Te quedas mirando la prominente cicatriz que el animal tiene en la pierna, incapaz de moverte mientras el animal se acerca lentamente.
¿De verdad quieres cancelar este cuento?
Tu progreso actual se perderá.